miércoles, 6 de agosto de 2008

En el Roslyn Cafe, an Oasis

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Hoy voy a repetir una imagen que utilicé hace dos años para hablar de la serie Doctor en Alaska o Northern Exposure.

¿Por qué voy a volver a hablar de esta serie? Porque me he comprado la primera y segunda temporada y estoy viendo los primeros capítulos.

El otro día me di cuenta de que la mayoría de las series que estaba viendo en la tele trataban de asesinatos, policías y otras violencias varias -CSI, Bones, Life, Veronica Mars-, o de temas 'de chicas' como las Chicas Gilmore, Sexo en NY, Betty, y la verdad es que, aparte de alguna risa o información absurda y un rato en el que no pienso en los líos que dan vueltas en mi cabeza, no me proporcionan nada, ni siquiera buenos diálogos.

Supongo que a Doctor en Alaska la tengo idealizada por haberla visto a lo largo de los últimos doce años a horas nocturnas, pero la verdad es que todo lo que tiene me sigue gustando: el doctor, Maggie, Shelly, Chris, Marilyn, Ed, todos los personajes, pero también sus extrañas historias en medio de unos paisajes tan increibles, la pequeña ciudad, el alce cruzando las calles, el bar de Hollin, y la avioneta de Maggie que sigue dándome ganas de ser piloto y de dejar todo e irme a conocer otros lugares, aunque creo que no podría sobrevivir en ese ambiente...

Es una serie que no está basada en cadáveres, en investigaciones, en quien se tira a quien, sino que cuenta las relaciones de estas personas entre ellas y con lo que les rodea, con su punto de surrealismo, tal como es la vida.
Me gustaría que existiera un Roslyn Cafe, y sobretodo un Chris por la mañana.




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1 comentario:

Anónimo dijo...

¡¡Tienes Doctor en Alaska!!
¿¿Me la prestas??, por favor... cuando puedas, claro, no corre ninguna prisa.