jueves, 25 de diciembre de 2008

Artecomida IV

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Durante la mañana de Nochebuena me dediqué un buen rato a descorazonar manzanas, y aunque me sentía un poco confusa con la situación, tengo que reconocer que no se parecía a lo que sentí el año pasado preparando otras manzanas y sus corazones.

Han sido las manzanas que mejor me han quedado, con un poco de lima y azúcar, qué caramelo más rico hicieron.








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martes, 23 de diciembre de 2008

Artecomida III

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Nueva entrega de Artecomida:
Como todos nos hemos dado cuenta, la Navidad ya está aquí, mañana es Nochebuena -y pasado Navidad...- y mi nevera ya está llena de comida para la gran cena y los siguiente días de restos.
Disfrutad de las fiestas y de la calma de la nevera vacía...






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domingo, 21 de diciembre de 2008

Bicho

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En septiembre u octubre, al volver del trabajo, me encontré en la terraza una jaula con un pajarillo: resulta que a mi padre le habían regalado un pollito de jilguero.
Ahora ya ha perdido el plumón y tiene la cara roja, además, cuando da el sol en el salón se pone a cantar y salta de la barrita a las paredes de la jaula, al aro y a la jibia.
Al principio no me hacía mucha gracia tener un nuevo animalito en casa, pero la verdad es que me gusta tener a Pollo en el salón.




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domingo, 14 de diciembre de 2008

La Isla de La Tortuga

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La Isla de la Tortuga fue un famoso nido de piratas, bucaneros y corsarios de las novelas y películas que leí y vi durante mis diecitantos y que últimamente había dejado que se me olvidara.
Ahora, los piratas que nos conocimos hace unos años tienen sus propios rumbos en sus mares, todos lejanos, pero espero que algún día nos encontremos y fundemos nuestra propia isla cálida donde seamos los reyes de los piratas y nuestras cartas de marear nos indiquen un norte feliz.


La imagen está tomada del archivo del Museo Naval de Madrid.




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miércoles, 3 de diciembre de 2008

Visita a Alemania

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La semana pasada aproveché que me quedaban unos días de vacaciones y me fui con María a visitar a Maria a Siegen, Alemania.
La ciudad de Siegen no es bonita, es una ciudad que antes tuvo minas y que ahora tiene una universidad con aspecto de fábrica en lo alto de una colina, a la que si nieva o hiela los autobuses y taxis no quieren subir, y la subida cuesta, mucho.Desde aquí nos dirigimos a Colonia, la ciudad de la gran catedral gótica, inabarcable, negruzca por la lluvia, y con preciosos detalles en la talla.
Los primeros días nos acompañó algo de nieve en los campos y aceras, dejando unos paisajes preciosos.






El miércoles decidimos ir a Münster, una ciudad universitaria pero con mucho mejor aspecto que Siegen, no hay más que ver el edificio de la universidad que es un antiguo palacio. Las calles son muy animadas y los edificios tienen ese aspecto típico con las fachadas picudas escalonadas.Y lo más gracioso fueron los cerditos de mazapán...Me gusta mucho cómo decoran las plazas y los árboles con luces, parece que hay luciérnagas de invierno iluminando las oscuras tardes.






De Aachen-Aquisgrán-Aix-la-Chapelle no tengo fotografías llamativas, ya que después de haber visto la catedral cualquier cosa ese día parecía muy poco llamativa. Si hubiera vivido en los siglos X-XIII me hubiera creído lo que me contaran en ese lugar iluminado por los mosaicos dorados y de colores, con flores y ríos, tan recogidita como una bombonera.
El viernes María tenía que volver a Madrid, así que cuando su tren se marchó Maria y yo dimos una vuelta por Siegen, subimos a la colina del castillo y vimos el valle en el que se encuentra la ciudad, y al fondo lejos se ve la colina de la universidad y los colegios mayores donde vive Maria.


Nuestro siguiente destino fue Bonn, la antigua capital alemana, otra bonita ciudad con una preciosa universidad y las calles llenas de gente y luces, tanto que una se llama Calle de las Estrellas -en Colonia visitamos el Mercado de las Estrellas, también con estrellitas en los árboles-.



Por último fuimos el domingo por la tarde -casi noche y sólo eran las cuatro- a Siegburg donde todos los años se realiza un mercadillo navideño medieval con mucho encanto y lo mejor fueron los caballitos para niños hechos en madera y movidos a brazo.
Tenemos que pensar a dónde iremos la próxima vez que nos veamos...





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