miércoles, 3 de diciembre de 2008

Visita a Alemania

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La semana pasada aproveché que me quedaban unos días de vacaciones y me fui con María a visitar a Maria a Siegen, Alemania.
La ciudad de Siegen no es bonita, es una ciudad que antes tuvo minas y que ahora tiene una universidad con aspecto de fábrica en lo alto de una colina, a la que si nieva o hiela los autobuses y taxis no quieren subir, y la subida cuesta, mucho.Desde aquí nos dirigimos a Colonia, la ciudad de la gran catedral gótica, inabarcable, negruzca por la lluvia, y con preciosos detalles en la talla.
Los primeros días nos acompañó algo de nieve en los campos y aceras, dejando unos paisajes preciosos.






El miércoles decidimos ir a Münster, una ciudad universitaria pero con mucho mejor aspecto que Siegen, no hay más que ver el edificio de la universidad que es un antiguo palacio. Las calles son muy animadas y los edificios tienen ese aspecto típico con las fachadas picudas escalonadas.Y lo más gracioso fueron los cerditos de mazapán...Me gusta mucho cómo decoran las plazas y los árboles con luces, parece que hay luciérnagas de invierno iluminando las oscuras tardes.






De Aachen-Aquisgrán-Aix-la-Chapelle no tengo fotografías llamativas, ya que después de haber visto la catedral cualquier cosa ese día parecía muy poco llamativa. Si hubiera vivido en los siglos X-XIII me hubiera creído lo que me contaran en ese lugar iluminado por los mosaicos dorados y de colores, con flores y ríos, tan recogidita como una bombonera.
El viernes María tenía que volver a Madrid, así que cuando su tren se marchó Maria y yo dimos una vuelta por Siegen, subimos a la colina del castillo y vimos el valle en el que se encuentra la ciudad, y al fondo lejos se ve la colina de la universidad y los colegios mayores donde vive Maria.


Nuestro siguiente destino fue Bonn, la antigua capital alemana, otra bonita ciudad con una preciosa universidad y las calles llenas de gente y luces, tanto que una se llama Calle de las Estrellas -en Colonia visitamos el Mercado de las Estrellas, también con estrellitas en los árboles-.



Por último fuimos el domingo por la tarde -casi noche y sólo eran las cuatro- a Siegburg donde todos los años se realiza un mercadillo navideño medieval con mucho encanto y lo mejor fueron los caballitos para niños hechos en madera y movidos a brazo.
Tenemos que pensar a dónde iremos la próxima vez que nos veamos...





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